¿Qué es la epilepsia?
La epilepsia es una enfermedad que se caracteriza por una predisposición a sufrir crisis epilépticas de forma repetida, sin una enfermedad aguda que lo justifique. Se pueden presentar crisis epilépticas en el contexto de un ictus, una hemorragia cerebral, una infección del sistema nervioso (meningitis o encefalitis) pero eso no implica necesariamente que el paciente tenga epilepsia. Esto solo será así si, superado el proceso agudo, se siguen teniendo crisis epilépticas.
¿Por qué se produce la epilepsia?
Una crisis epiléptica se produce por la activación anormal de una red neuronal, en un momento que no corresponde. Por alguna razón, esta red de neuronas se vuelve hiperexcitable y se activa de forma exagerada. Según cual sea la red, los síntomas van a cambiar: si se relaciona con el movimiento, se producirán movimientos o posturas anormales; si está relacionada con la percepción sensitiva, habrá síntomas sensitivos como hormigueos, quemazón, etc.; si está implicada en la visión se verán luces o colores; si se relaciona con el control de la conciencia, el paciente quedará desconectado de su entorno y así sucesivamente. Una vez que salta una chispa en la red hiperexcitable que genera las crisis, la corriente eléctrica puede extenderse a otras zonas del cerebro e ir activándolas sucesivamente, lo que va añadiendo síntomas según otros circuitos empiezan a funcionar de forma anormal. Si llega a extenderse a todo el cerebro, se produce una crisis epiléptica generalizada, en la que el paciente pierde la conciencia y tiene convulsiones en todo el cuerpo.
¿En qué momento puede aparecer la epilepsia?
Aunque puede iniciarse en cualquier momento de la vida, hay dos rangos de edad en los que es más frecuente el inicio de la enfermedad: la infancia, debido a la existencia de síndromes epilépticos específicos de inicio en la edad infantil, y en los mayores de 50 años, generalmente facilitada por alteración vascular cerebral, procesos neurodegenerativos o algún tipo de lesión cerebral. La enfermedad se presenta por igual en ambos sexos.
¿Cuándo y cómo se diagnostica la epilepsia?
Gracias a la formación de los especialistas y la existencia de pruebas diagnósticas específicas, como el video-electroencefalograma, el tiempo que se tarda en llegar al diagnóstico es mucho más corto. La principal dificultad diagnóstica estriba en que se trata de una enfermedad con síntomas intermitentes, pasados los cuales el paciente no presenta ninguna alteración en la exploración física y en la que no es raro que el propio enfermo no recuerde lo ocurrido. Por tanto, la sospecha diagnóstica se va a basar en el testimonio de testigos que han presenciado el hecho, habitualmente nerviosos y alarmados, de modo que no son capaces de precisar muchos detalles de lo que ocurre durante las crisis. Puede resultar de gran ayuda para el diagnóstico la filmación de las crisis. Hoy en día, todos llevamos una cámara de video en el bolsillo.
¿Cuáles son los principales síntomas de la epilepsia?
Fundamentalmente la aparición de episodios bruscos de alteración de conciencia, cambios en el comportamiento o de síntomas motores (movimientos, sacudidas musculares) y/o sensitivo-sensoriales (hormigueos, luces, colores, ruidos), que duran de uno a tres minutos y desaparecen como vinieron, aunque tras ellos, el paciente puede quedar desorientado, confuso o somnoliento. Un rasgo característico es que las crisis epilépticas son muy estereotipadas. Siguen siempre un mismo patrón. De modo que episodios bruscos, autolimitados y muy similares entre sí deben alertar y ser valorados por un neurólogo por la posibilidad de que se trate de crisis epilépticas.
Comments